AMAR A DIOS EN TIERRA DE INDIOS
Les presento aquí el texto de mi ponencia en la Conferencia de CIEN(Centro de Investigación y Estudios Novohispanos)
Fuimos tres los ponentes. Yo presenté, de manera breve y a forma de reflexión teológica, los supuestos que los evangelizadores tenían como suyos en tal tarea. No es un tratado el que hago, sino simplemente una mención de las "motivaciones teológicas y religiosas" y abro al lector a la reflexión personal.
Fuimos tres los ponentes. Yo presenté, de manera breve y a forma de reflexión teológica, los supuestos que los evangelizadores tenían como suyos en tal tarea. No es un tratado el que hago, sino simplemente una mención de las "motivaciones teológicas y religiosas" y abro al lector a la reflexión personal.
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Amar a Dios
en tierra de indios.
Sergio García Díaz
La tarea
evangelizadora en el nuevo continente que la Iglesia Católica desarrolla, tiene
varios aspectos. Sin duda el teológico, pero está también el pastoral y el
canónico. En lo que a mi intención respecta, sólo hablaré del primero. El
aspecto teológico de la evangelización, es decir, los argumentos que desde la
teología, entendida ésta como reflexión de la fe, impulsaron a los misioneros a
aventurarse en una empresa llena de grandes y abismales situaciones culturales,
que hoy podemos llamar así.
Haré, aquí,
pues, un intento de reflexión teológica. Presentaré tres temas que me
parecieron fundamentales cuando me fue presentado el tema de esta conferencia.
Estos temas los presento, con toda intención, como cuestionamientos y no
pretendo hacer un tratado de ellos, sino sólo atisbar algunos aspectos que, a
mi parecer, son suficientes para el objetivo de esta conferencia.
Hoy por hoy, quienes estamos aquí
podemos responderlos. Lo que cambia es el momento histórico y, con ello, una
serie de elementos propios del contexto.
Comienzo con una pregunta, cuya
respuesta no pretendo erigir como verdad absoluta, no en este momento de la
historia, pero que formulada en el siglo XVI, sí fue tal: ¿Quién es Dios?
Hoy en día podemos hablar de Dios desde
diferentes perspectivas, experiencias e incluso
modos de concebir la vida. En el contexto que nos ocupa, hablar de Dios
llevaba necesariamente a hablar de religión, y hablar de religión nos llevaba a
hablar de una institución religiosa, en este caso, la Iglesia Católica. Y
tenemos aquí ya una primera conclusión: la religión de los evangelizadores es
monoteísta.
El primer tema es, entonces, la
incorporación de una religión monoteísta frente a una religión politeísta. Y
digo incorporación, sin pretender una polémica semántica, porque me parece que
el proceso de evangelización, en su esencia agregó, poco a poco, el sentido de
un solo Dios frente a la concepción de muchas y diversas divinidades de los
nativos americanos. Ya no existen, pues, los dioses, sino el Dios, el
Todopoderoso.
Lo que sí va a interesar es, y con
justificada razón, el hecho de hacer entender que habiendo un solo Dios, hay
quienes participan de esa divinidad, entendámosla nosotros hoy como gracia, y
que participando de la gracia divina se hacen prácticamente perfectos, es
decir, santos. Para los evangelizadores se plantean entonces el dar a conocer
al Dios, Creador de todo, y la santidad, como frentes necesarios de su tarea.
La obra pictórica de esos siglos, como lo veremos más adelante, nos dejarán muy
claro esta dimensión.
Junto con esta preocupación, tienen los
evangelizadores otra igualmente importante. Este es el segundo tema que
planteo. Y el cuestionamiento es el siguiente: ¿los indios tienen alma? Es
decir, ¿son personas? Los destinatarios de la Buena Nueva de Dios, no pueden
ser que sólo seres humanos. Y si son seres humanos, con alma, son creaturas a
imagen y semejanza de Dios.
Pero los indios de quienes desconocían
prácticamente todo, ¿serán dignos de la verdad de Dios revelada en Jesucristo?
¿Cómo se les presenta la revelación de Dios a quienes ni siquiera se conoce,
bueno, con quienes ni siquiera se puede hablar en la misma lengua y cuyos
campos semánticos y de experiencia son totalmente distintos?
Hay, de fondo, una quietud, una vía de
“pastoral”. Rescatar lo esencial. Y lo esencial a los seres humanos de ambos
mundos no es otra cosa que la dignidad propia de los hijos de Dios. Me atrevo a
decir, con esto, que la tarea de evangelización buscó, de muchas maneras y con
muchos artífices, reconocer y rescatar la dignidad de los indios, de los que
serían destinatarios de la verdad revelada en Jesucristo.
Se trabaja, por lo tanto, en las formas
y en los medios de inculturar, por hacer referencia a un término de la teología
pastoral, el Evangelio, la Buena Nueva. Y el arte es el maestro por excelencia
en esta tarea.
Si preguntamos por el contenido de la
evangelización, llegamos, entonces, al tercer tema que quiero plantear esta
tarde. El cuestionamiento es el siguiente: ¿Cuál es el contenido de esa
predicación? ¿Qué se pretende hacer accesible a los indios, reconocidos como
personas, que sea propio de Jesucristo, como Buena Nueva de Dios? La salvación.
Recordemos que quienes no eran
cristianos, y cristianos católicos, serían llamados paganos, los alejados de
Dios. Para acercarse a Dios un pagano ha de convertirse y creer en el
Evangelio, tal como se nos dice cuando nos imponen en la frente la cruz el
miércoles de ceniza. Acercarse a Dios, dejar de ser paganos es el resultado de
un proceso de conversión. Y convertirse es volver la mirada a Jesús, el Hijo de
Dios en quien es ofrecida la salvación. No hay, pues, como la misma escritura
lo dice, otro nombre sobre la tierra por el que podamos ser salvados, que el
nombre de Jesucristo.
La evangelización en el nuevo
continente, es evidente, entonces, que tiene no sólo retos de tipo cultural en
cuanto a la lengua respecta, sino sobre todo un problema de cosmovisión, y esto
se resume diciendo que se trata, en todo caso, de la propia concepción del ser
humano y de la mismísima concepción de Dios. Dejar claro que el Dios, el nuevo
Dios, que es uno y que quiere que ellos, los indios, se salven, son los
argumentos teológicos que subyacen en la ardua tarea que llevó, de hecho,
siglos.
El proceso de conversión buscado y
querido por los evangelizadores, no fue siempre el más impecable proceso
socio-cultural si lo vemos desde nuestra concepción de los derechos humanos y
de la cultura cívica y de respeto a la diversidad de formas de vida que hoy ya
es propia del ideal social. Tengamos en cuenta que nosotros ya somos herederos
de una cultura y tradición marcadamente cristiano católicas. Para los
evangelizadores se vuelve el “proceso de conversión”, en algo que habría que
hacerse, y a veces, creo que se espera más el resultado final que los pasos
intermedios para llegar al bautismo. Con esto quiero decir que la “liturgia”,
como expresión simbólica y visible de un culto y un rito religiosos, tuvo
también un papel central.
Cierto es que la evangelización, en un
primero momento, no buscó formar las mentes y los espíritus de los indios en
toda la carga cultural e histórica de la nueva religión, sino más bien tan sólo
instruir, mostrar cómo hacer las cosas y cómo ser parte de la nueva comunidad
de creyentes.
Sí importó, por el contrario, descubrir
lo esencial a la religión de los nativos, entendida como forma de relacionarse
con la divinidad, para que a partir de eso el nuevo Dios y la nueva religión
tuvieran aceptación en la mentalidad y en la forma de vida que buscaban
cristianizar.
Menciono esto esencial: relación con la
divinidad, el culto y el sacerdocio, la relación con la vida y con la muerte, y
los estratos religiosos. Todos estos elementos hicieron que la evangelización
fuera pues un proceso de amalgamamiento de dos culturas, y me atrevo a decir que
hasta de tres o más, de dos cosmovisiones, y de algo fundamental por lo que
nosotros incluso estamos hoy aquí, el sentido de la vida.
¿Qué sentido tiene la vida si no es en
Jesucristo? ¿Qué sentido tiene la salvación sino es en Jesucristo? ¿Qué sentido
tienen los santos sino es en relación a la vida del sacrificio mismo de Jesús
en la cruz? ¿Qué sentido tiene la vida humana sino es en Dios?
Gracias.
4
de julio de 2013.
2 comentarios:
. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años
Gracias Joaquín por compartir lo de la conciencia espiritual.
Conciencia, desarrollo y plenitud creo que sí forman un trinomio esencial en la persona.
Saludos.
Sergio García
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