jueves, 26 de octubre de 2017

ESTOY VIVO


Son ya casi las dos de la mañana, sé que debo dormir, pero mi espíritu me pide la palabra para poder expresar su más profunda convicción de que está vivo. Es verdad, no puedo acallarlo cuando veo que su grito es desesperado. Me ha reclamado muchas veces por eso mismo, porque le robo la palabra y con ello lo sutil de sus emociones y la delicadeza de su ternura.

Oigo a mi espíritu y desmayo de sorpresa: se ha vuelto a enamorar. Desmayo de sorpresa porque me lo dice con toda su fuerza, pero al mismo tiempo lleno de temor. Me sorprendo porque no esperaba esto. Estoy seguro que no era lo que él andaba buscando. Pero si el amor tocó a su puerta, debo advertirle que abrirse paso a esta aventura que tan delicada es, no le traerá, en este momento, más que inquietud.

Pienso decírselo, aunque el silencio que siguió a la noticia, me hizo pensar que lo medita profundamente. No quiere equivocarse ni arriesgarse demasiado, lo conozco. Más bien, quiere seguir manteniendo la convicción de que está vivo.


21 de julio de 2006.


Sergio García Díazsergadi@gmail.com

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