miércoles, 16 de noviembre de 2016

LA CONTRA-GLOBALIZACIÓN



Sergio García Díaz

Resumo: Damos por hecho la globalización, aunque sigue siendo un proceso. Pero frente a la ideología dominante resurgen las identidades locales y particulares. Este es el tiempo de las reivindicaciones que tienen que ver con “la identidad”.
Nos alarmamos cuando vemos ganar a Donald Trump la presidencia de Estados Unidos. Pocos fueron los críticos y analistas que meses atrás veían esto como posible. Ahora que es una realidad sólo nos queda el hecho de la sorpresa y la desilusión, e incluso decepción de la política. No digo estadounidense ni internacional porque lo mismo ha pasado en muchas otras partes del mundo. Venezuela, Cuba por mencionar países de América.
Personalmente, veo este hecho como un fenómeno que ya se ha dado aunque en menor escala y de maneras tan diversas que han sido casi olvidadas. Me refiero a la reivindicación de “la identidad” particular y colectiva, pero locales. Como mexicano mi referente tanto de pertenencia como de identidad es México, por más que diga que soy americano o ciudadano del mundo. Lo curioso es que siendo mexicano estoy abierto a formas de pensar, de vivir, credos, creencias, culturas, tradiciones, etc., que no son propias de mi país. Podría decir que en general es una actitud de la mayoría de los habitantes del planeta, pues además la asociamos a uno los principios de la democracia: la tolerancia.
Con lo que acaba de pasar en Estados Unidos, me pregunto: ¿En qué tipo de democracia creemos?, ¿Es la democracia la que garantiza el ejercicio pleno de los derechos humanos?, ¿La democracia podría beneficiar sólo a algunos y si es así sería verdadera democracia? Dejo estas preguntas para sus reflexiones personales.
Más bien quiero centrarme en la reivindicación de las identidades que es lo que llamo la contra-globalización. Era y es de esperar que frente a la deformación de la cultura propia y a la deformación de la identidad surjan los reclamos y las ganas de hacerla notar frente a los otros, que en algún momento dado sí son vistos como amenaza. ¿Cuántos movimientos de grupos revolucionarios reivindican junto con sus derechos su propia identidad, su etnicidad? Esto en México y en muchos lugares del mundo. Sólo que como los gobiernos siempre encuentran maneras de acabar con esas revueltas, el olvido es cuestión de tiempo. Pero cuando esta reivindicación la hace un presidente no queda más que esperar que la comunidad internacional sea la que intervenga para evitar excesos. Aunque creo que esto será un sueño guajiro, propio de la democracia del siglo XXI.
El límite entre no hacer nada y dejar que las cosas pasen en nombre de la globalización y revelarse para reivindicar lo local es la amenaza a la propia identidad.
Repito la pregunta en otras palabras, porque estoy tratando de entender: ¿Se vale sentirse amenazado por otras culturas en plena segunda década del año dos mil?
Este es el momento en el que agradezco el tan criticado nacionalismo que nos han inculcado a los mexicanos/as. Sin embargo, sigo creyendo en el diálogo y en la riqueza cultural de todos los pueblos del mundo.


16 noviembre 2016

Etiquetas: , ,

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio