LA VIDA ME ENSEÑÓ
La vida me enseñó…
que la verdadera
felicidad está en la fidelidad a uno mismo,
en aquello que
pienso, que siento, que quiero, que valoro, que imagino, que digo, que hago.
Me cansé de ser
un ser desintegrado.
Me cansé de
luchar contra mí mismo.
Me cansé de
autoengañarme.
Me cansé de hacer
lo que no quiero.
No es cosa fácil
porque el mundo mucha fuerza tiene,
que para poder
sobrevivir más fuerza tenía que invertir yo.
No es cosa fácil
porque lo sublime quedaba opacado por lo superfluo y pasajero,
que muchas veces
lo vi como lo mejor o lo más satisfactorio.
No es cosa fácil
porque el universo no acepta los vacíos,
así que apenas
sentía uno lo llenaba con puro orgullo y vanagloria.
Mas ahora, en
este preciso momento de mi existencia, la vida me ha devuelto mi centro,
el equilibrio que
calibra mi energía y mi fuerza.
Porque el tiempo
no es aliado de las malas decisiones,
ni la vida deja
sin más lo hecho con mala intención.
Aprendí que
absolutamente todo se devuelve aquí,
porque allá no
habrá más que cosecha.
Aprendí que hay
cosas que no dependen de mí,
que de esas ahora
me desocupo, porque no soy el dueño de las reglas.
Aprendí que para
poder convivir en paz, habría que ser feliz primero,
porque no hay
parejas felices, sino personas felices que hacen pareja.
Aprendí que la honestidad
es lo primero cuando le hablo al tú de mi vida viéndolo a los ojos,
porque el amor es
el punto de partida, pero la confianza lo esencial.
Aprendí que dejar
de tenerle miedo a las personas empieza por perderle el miedo a las palabras,
porque la verdad
es simple y tan sencilla, que quien la vive goza de su paz.
Aprendí que no
hay amor más grande que el que perdona con ternura,
porque las
personas perfectas no son reales, y las reales no son perfectas.
Aprendí que la
imperfección no es un mal porque forma parte de mi ser,
que más bien es
el aula donde aprendo a crecer siempre para bien.
Aprendí a pensar
mi vida en positivo, con fe y una gran esperanza,
porque ahora
disfruto cada instante de mi vida y de alegría se llena mi casa.
La casa de mi
amor, que es mi corazón y que ahora uno solo es.
La casa de mis
ideas y pensamientos, que es mi mente y que ahora en paz está.
La casa de mis
acciones, que son mis manos y sólo bien pueden hacer.
La casa de mis
proyectos, que son mis pies y que muy firmes caminan.
La casa de mis palabras,
que es mi boca y que sólo la verdad bendicen.
La casa de mis
horizontes, que son mis ojos y que lo bueno prefieren ver.
La casa de mi
vida, que soy yo mismo y que ahora sólo una cosa puedo hacer:
Amar.
La vida me enseñó
que amar…
con amor
incondicional es la medida con que debo ver a los demás.
con amor puro que
es la manera en que los cambios se dan.
con amor sincero
y profundo que es la calidad ideal de lograr mis sueños.
con amor amoroso
y amante de lo bello que es la única manera de ser feliz.
Y hoy, no puedo
más que una cosa hacer:
Amar.
Porque la vida me
enseñó que la verdadera felicidad está en la fidelidad a mí mismo.
Sergio Gabriel
Etiquetas: ESCRITOS
2 comentarios:
felicidad está en la fidelidad a mí mismo.
Pienso que la felicidad esta en Dios principalmente. El UNICO DIOS ES AMOR
Dios es amor, y el amor hace al ser humano feliz...
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