martes, 4 de diciembre de 2012

SER-PARA-LA-VIDA




En los últimos días han llegado a mí noticias que tienen que ver con la muerte. Un ser querido, alguien conocido, alguien no tan conocido ni tan cercano, pero al fin noticias sobre la muerte. Pero al final de cuentas, ¿qué es la muerte? Más aún, ¿a qué nos enfrenta la muerte?
Heidegger decía que el hombre es un “ser-para-la-muerte”. Y la muerte nos enfrenta al temor. De modo, que cualquier temor es una experiencia de muerte. Entendida ésta como la culminación de un proceso, de una existencia, de un objeto, de un ser, de una situación, de algo o de alguien.
En esta experiencia de temor el hombre se experimenta a “sí mismo”. Cuando yo tengo temor de algo o de alguien de alguna forma se experimenta la muerte. Es más, todo en algún momento llega a su culminación.
Huir del temor es la fuga de sí mismo, fuga que es característica de lo que el filósofo llama “sujeto del cotidiano”, y que termina en “derrumbamiento”.
Pero lo que Heidegger diga sobre la muerte, lo mismo puede decirse sobre la vida. Y ésta es ya mi conclusión personal. El hombre es un “ser-para-la-vida”.  Y si la muerte nos enfrenta al temor, la vida nos enfrenta al gozo. Entendido éste como el deleite, el gustar aquello que hacemos, que tenemos, en pocas palabras, el gozo es el deleite de lo que somos y hacemos.
La pregunta es: ¿gozas de tu vida? ¿disfrutas, deleitas, saboreas tu propia vida? Si no es así, aun cuando todo, en algún momento llegue a su fin, la perspectiva con la que se lo habrá vivido será diferente. No es lo mismo llegar al final de la vida lleno de temor, que llegar al final de la vida gozando.
Por eso, y en esto radica uno de mis principios de vida, la manera en que yo viva cada una de las experiencias, de las cosas, de las situaciones y de las personas, prefiero hacerlo desde la perspectiva de que soy un “ser-para-la-vida”.

Sergio Gabriel

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