miércoles, 28 de noviembre de 2012

AMIGO Y HERMANO



Estos últimos días he estado como en un sueño.
Y justo anoche que cerré mis ojos para dormir, una voz muy clara dijo mi nombre.
Seguro estoy que era él.
Fue su forma de decirme que me cuida y que está conmigo.
Cómo no recordar a quien con su amor, presencia, generosidad y lealtad
me animó estos últimos cinco años de mi vida.
No sólo era un amigo, era un hermano, era un buscador incansable de la verdad.
Curiosamente una de las últimas cosas que me dijo fue:
“Yo sólo quiero que estés bien y que seas feliz.”
Amigo cercano,
de palabra firme y hechos humanos.
Amigo que me corrigió cuando veía que erraba mis decisiones.
Hermano que me dio consuelo las veces que lloré.
Amigo que siempre me pensó cuando había lugar para mí.
Hermano que me compartió su bocado para no dejarme con hambre.
Amigo que respetó mis ausencias y se alegró de mis logros.
Hermano que me deseo siempre lo mejor en todo.
Amigo que con su coraje me enseñó a darme a respetar.
Hermano que me adoptó en su corazón.
Amigo que me escuchó, a distancia, a la luz de la luna.
Hermano que me apoyó en aquello que sólo yo tenía que hacer.
Amigo que reconoció todo lo bueno que hay en mí.
Hermano que aguantó mi soledad.
Amigo que transformó el vivir en compartir.
Hermano que siempre vio por mí.
Amigo al que extrañaré, hermano que sé que vive aún.
Hermano al que extrañaré, amigo que nunca olvidaré.

D.E.P.     R.T.L.

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