AMIGO Y HERMANO
Estos últimos
días he estado como en un sueño.
Y justo anoche
que cerré mis ojos para dormir, una voz muy clara dijo mi nombre.
Seguro estoy que
era él.
Fue su forma de
decirme que me cuida y que está conmigo.
Cómo no recordar
a quien con su amor, presencia, generosidad y lealtad
me animó estos
últimos cinco años de mi vida.
No sólo era un
amigo, era un hermano, era un buscador incansable de la verdad.
Curiosamente una
de las últimas cosas que me dijo fue:
“Yo sólo quiero
que estés bien y que seas feliz.”
Amigo cercano,
de palabra firme
y hechos humanos.
Amigo que me
corrigió cuando veía que erraba mis decisiones.
Hermano que me
dio consuelo las veces que lloré.
Amigo que siempre
me pensó cuando había lugar para mí.
Hermano que me
compartió su bocado para no dejarme con hambre.
Amigo que respetó
mis ausencias y se alegró de mis logros.
Hermano que me
deseo siempre lo mejor en todo.
Amigo que con su
coraje me enseñó a darme a respetar.
Hermano que me
adoptó en su corazón.
Amigo que me
escuchó, a distancia, a la luz de la luna.
Hermano que me
apoyó en aquello que sólo yo tenía que hacer.
Amigo que
reconoció todo lo bueno que hay en mí.
Hermano que
aguantó mi soledad.
Amigo que
transformó el vivir en compartir.
Hermano que
siempre vio por mí.
Amigo al que
extrañaré, hermano que sé que vive aún.
Hermano al que
extrañaré, amigo que nunca olvidaré.
D.E.P. R.T.L.
Etiquetas: DIARIO
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