viernes, 28 de enero de 2011

LOS SUEÑOS VIVEN EN MÍ


Señor de la vida,
necesito entrar en esa experiencia de encuentro
con lo mejor que guardo en mi interior.
Dame sensibilidad para creer
que en medio de esta sociedad de la eficacia,
de la falta de tiempo,
de las prisas,
de la excesiva importancia por la imagen,
de lo fácil…
puedo recordar que lo mejor de mí y de cada persona
ESTÁ DENTRO.
Enséñame a percibir
que allí, en lo profundo del corazón,
es donde nacen los buenos deseos y sentimientos…
que es allí donde se fraguan las ilusiones, los sueños…
Tú sabes que en mi interior anida un gran deseo:
el deseo de hablar y relacionarme
desde lo más genuino de mí,
y dirigirme a lo más genuino de la otra persona.
Allí y desde allí, es más fácil hacer que seamos felices
y el mundo sea distinto.
Regálame la experiencia de vivir sabiéndome vivido.
Y que mi corazón sea el mejor lugar
de encuentro y entendimiento
entre las gentes y los pueblos.
Me siento agradecido a Ti,
por las personas que han creído en mí,
y me han ayudado a descubrir
desde lo más hondo y profundo,
la dignidad de ser persona,
y el valor del tesoro que todos guardamos
en el interior.
Tú me has enseñado que desde dentro
puedo recuperar el lenguaje de la ternura,
de la bondad,
de la alegría, de la esperanza,
del sentido de la vida y de la vida misma,
del amor en su plenitud,
de las capacidades y valores que todos,
por el hecho de ser personas, compartimos:
deseos de paz, de amistad,
de felicidad, de solidaridad,
de dignidad y de esperanza,
de libertad, de humanidad…
Señor de mi vida,
enséñame a dejar que
sea el corazón el que hable.
Ayúdame a destapar este regalo y ofrecerlo.
Y, desde mi corazón humano-creyente,
compartir esta experiencia
con cualquier corazón humano.
Que guarde en su interior
estos mismos deseos.
Amén.
Oración grupal 28 enero 2011
Sergio García Díaz

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