domingo, 10 de octubre de 2010

ANTES DE IR A LA CAMA


En varias ocasiones he visto la televisión justo antes de ir a la cama a dormir. No ha sido extraño que mis sueños estén llenos de imágenes de eso último que mi cerebro registró: parásitos asesinos, peleas con armas de fuego, viajes por África y hasta una que otra imagen de plena sensualidad.
Me propuse, por tanto, no ver la televisión al menos una hora antes de dormir, lo mismo que jugar videojuegos o hacer trabajos que me requieran mucha concentración mental. La intención es poder conciliar el sueño, de manera tranquila y profunda, a los pocos minutos de tocar las sábanas.
Hoy, navegando por el cibermundo, me encontré un artículo donde se dan algunos consejos para mantener una buena salud mental. Y si bien voy con acierto en mi intento de cuidar la información que mi cerebro maneja, me di cuenta que hay otras siete cosas que también es conveniente que tenga en cuenta, si quiero conservar el mejor grado de salud mental.
Evitar la obesidad es un gran principio de lo que pretendo lograr. Porque el exceso de peso no sólo perjudica el buen funcionamiento físico del cuerpo, sino que en razón de ello el ejercicio del que se es capaz disminuye en gran medida. Con un cuerpo cansado, atrofiado y limitado, la mente corre el mismo peligro. Lo tendré muy presente para el próximo fin de semana; evitaré comer tres hamburguesas, pollo frito, y huevo con chorizo, en cantidades propias de quien piensa que la carne es lo único valioso a la hora de comer.
Leer a Franz Kafka es una muy buena sugerencia que a la voz de ya he de llevar a cabo. Alguna vez leí algo de él, pero si sus escritos ayudan a desarrollar una mejor capacidad de aprendizaje, hoy mismo buscaré alguno de sus libros para comenzar este camino nunca terminado del aprendizaje constante.
Eso de que es mejor en pareja, siempre ha sido un reto para mí. De hecho, hace no mucho pensé que mi vida seguirá siendo estable en la medida en que me mantenga sin compromiso legal con una persona específica. Lo que sí me queda claro, es que no hay que confundir compromiso legal con alguien, con relación sincera y amorosa con otra persona. Tener una compañía elegida libre y voluntariamente hace salir del círculo egoísta del yo. Implica renuncia, entrega y mucha creatividad, al menos eso intento siempre que pienso en esa persona que hace sentir especial y único. No es fácil vivir en pareja, pero la felicidad obtenida de dicha situación es mayor a cualquier otro estímulo que el ser humano sea capaz de experimentar.
La capacidad de hacer varias cosas, coordinadas y bien, a la vez es un reto al que todos deberíamos acostumbrarnos todo el tiempo. Seguro que habrá fallas el principio, pero intentarlo una y otra vez redundará en una gran satisfacción y desarrollo de las habilidades perceptivas y organizativas y hasta de discernimiento personal. Seremos cada vez más capaces de organizar nuestras ideas, prioridades y problemas a resolver. La multitarea ha de ser una tarea constante.
Tomarnos unos minutos cada día para meditar es tan recomendable como tomar dos litros de agua diariamente. Imbuidos en un mundo de ruidos, de exigencias cibernéticas que nos atan al internet, de conectividad humana por medio de la música y el espectáculo, debemos ser capaces también de decir “no”, no en este momento. Dejar de escuchar en los audífonos la música que más me gusta, tan sólo por unos minutos, para dedicarlos, incluso a estar en silencio, será un buen comienzo para el camino de la meditación, del clavadoo al yo interior y de la visión omniabarcante de la propia existencia.
Unirse a un grupo, de futbol, a un club de lectura o a cualquiera que desarrolle el sentido de pertenencia será un dinamizador en la habilidad de crear iniciativas, actividades comunes y tareas compartidas. Todo ello, exige apertura al otro, a los otros, a lo nuevo, a lo diferente, a la opinión de los demás. Así, constantemente estamos en un autoanálisis y en una confrontación sana de valores y tomas de decisión. Justamente una de las carencias de los adolescentes y jóvenes de hoy.
Y, por último, de vez en cuando agarra un simple trozo de papel y ponte a hacer garabatos. Verás que lo logrado te sorprenderá. A parte de servirte como una especie de arteterapia, te ayudará a desarrollar tu creatividad. Trazos, formas, conjuntos, líneas y colores lograrán para ti armonía y búsqueda de razones, tu propia sensibilidad se verá tocada.
Así que bueno, si queremos conservar una buena salud mental, tenemos ya varios retos y tareas que realizar todos los días, desde que comienza el día, hasta antes de ir a la cama.

Sergio García Díaz
sergadi@gmail.com

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